Puta de oficina disciplinada
A Roxana se le permitió trabajar desde casa, pero principalmente veía pornografía y terminó retrasada con su informe financiero. Cuando se supo eso, la llamaron a la oficina para una severa acción disciplinaria. Primero la obligaron a usar un par de botas de invierno de dos tallas. Más pequeños que su propio calzado, antes de ponérselos, su jefe le echó una mezcla de sal, guindilla y pequeñas piedras en sus calcetines, lo que muy pronto hizo que cada paso le resultara muy doloroso. Para mejorar su capacidad de gestión del tiempo, Roxana. Le ordenaron que se quitara una prenda de ropa cada 30 minutos, por lo que ya estaba desnuda antes del almuerzo. Luego la exigieron que posara sobre la mesa asumiendo posturas humillantes frente a sus colegas, quienes disfrutaron mucho del espectáculo. 50 golpes de látigo en su trasero desnudo. Roxana recibió 10 golpes adicionales por un intento de cubrir sus nalgas. Para aumentar su vergüenza, el jefe también le puso un consolador en el recto, después de lo cual los altos directivos continuaron jugando a los dardos, haciendo que Roxana aguantara. el tablero y fallaron a propósito, por lo que los dardos golpearon sus pechos y su coño. El resto del día Roxana pasó en un rincón de pie con las manos en la cabeza o en las rodillas. ¡Esa fue una buena lección para la puta de la oficina!